De conatos.

Suele ser un segundo en la mañana,
(nada irremediable)
Se me escapan subversivos 
un ejército de pensamientos
alineados, precisos, definidos.
A la altura de mi taza de café
los cazo al vuelo.
Para el primer cigarrillo, 
ya te has ido.
I.S.M.

Mitos.

La ausencia pare mitos 
y coloca pedestales de mármol en los ojos.
Lo negado o perdido 
sin dar tiempo a malquerer, 
se diviniza a máximos históricos
y se te vuelven héroes los fantasmas
de inconclusos propósitos.
La ausencia pare mitos, 
el Hombre necesita a que aferrarse.
Entonces surgió la Poesía,
y yo sigo escribiendo en cualquier parte.

I.S.M.

Seguiré.

Y seguiré creyendo en los milagros
mientras tu silueta se proyecte en cada espejo
y se pueblen de tí todas las cosas.

I.S.M.

No es justo.

No es justo que se cierna la noche sobre el alma 
si un piélago de  olvido superó hasta el enojo.
No es justo que me muerda la nostalgia los ojos 
y que no alcance el verbo para brindar la calma.
No es justo que me manchen los versos en la noche 
que borracha vomita frustraciones calladas.
Como tampoco es justo que alienada me asome 
a un viejo precipicio donde no existe nada.
No es justo, 
que me muera mientras el Sol se pone.

I.S.M.

Olvido.

Debí borrar tus huellas del asfalto
que grita a mis zapatos cuando pisan,
de todas las paredes y los charcos,
de la nube que forma con sus cantos
algodonados las letras que te citan.
Debí borrarte y lo olvidé, de las canciones
que encienden tu memoria en cada nota,
de los poemas, de mi cama y emociones,
de la lluvia que nos besa los balcones
desmayando su silueta, gota a gota.
De los rayos del Sol y del almendro,
de todos los espejos y las lámparas
donde cuelgas grotesco y empeñado,
del Universo que te nombra, desgarrado.
Debí borrarte y lo olvidé, lo siento.

I.S.M.

Poesía viva.

Hay poemas que gritan estrepitosamente

y se salen de su formato de papel y se agigantan
y te pueden comer a besos porque se vuelven bocas
y te pueden espantar la mala suerte.
Hay poemas que te dan la vida, 
otros,  un tiro a bocajarro al vientre.
I.S.M.

Pensándote.

Te pienso con la cotidianidad ordinaria de mis días, 
como si te hubiese pensado siempre.
Como si pensarte a toda hora fuese algo corriente y hasta lícito.
Te pienso en la absoluta imprudencia que conlleva, 
te pienso en serio, cada vez con más sentido.
Con la convicción de lo inevitable, sin estridencias.
Pensándote subsisto, y ya no puedo hacer más que pensarte.

I.S.M.

Tormenta.

Vas siendo, y yo empequeñezco 
como casi siempre que se ennegrece 
el cielo y los relámpagos iluminan 
a segundos mis estancias y tiemblan
repiqueteando hasta fragmentarse
piernas y cristales.
I.S.M. 

Allí.

En lo alto de mi cuello,
allí donde nacen y mueren
cabello y voluntades te convoco.
Tus dedos el pincel, mi piel el lienzo.
Nos bastará un esbozo del deseo,
para morir un poco.

I.S.M.

 

Viaje.

Volver a la colina de tu cuerpo
a recorrerla entera.
Con sus sombras y soles,
sus vaguadas verdes de primavera.
!Ay! los senderos y llanuras de tu espalda,
las lianas de tus muslos, tu flora y ría.
Por escalar de nuevo tus hechuras,
!Qué no daría!
I.S.M.

Pensamientos I

El aprendizaje radica exactamente en su ejecución.
El acúmulo de conocimientos en si mismo,
como libros hacinados en una estantería,
no conlleva más que la presunción de posesión.
Más allá de loadas filantropías,
de nada vale Amar, si no se ejerce.

I.S.M.

Fe.

Sabíamos que no había nada más
tras aquella delgada línea
que cosía el mar al cielo,
pero seguíamos nadando sin cesar,
cómo si el horizonte fuese la salvación
y nosotros, dos náufragos
con esperanzas.
I.S.M.

Aleteos.

Sienta bien cuando pasas de puntillas,
cuando parece que apenas rozas nada.
Va mejor cuando despistas a la prisa
jugando con las frases del silencio.
Cuando solo degustas y no ingieres
con esa universal glotonería
que tanto daño hace a las palabras.
Suavemente, enredando con exquisita
sutileza una madeja de placenteras sensaciones.
Sienta bien, cuando revoloteas sin posarte,
como una hermosa mariposa perdida.

I.S.M.

Frio.

Enciéndeme la lumbre de los ojos
que tirito de frío.
Caliéntame los pies en las candelas
que los tengo dormidos.
Prepárame una hoguera 
que me llene de calor
ésta helada.
De escarcha y aterida te convoco.
!Resucítame el alma!

I.S.M.

Sueños locos

Quema insano el deseo.
Insano, digo bien, porque no es de recibo 
esto de andar queriendo aprisionar tu boca 
y estamparle la mía y robarle, 
por orden, la humedad y el aire y las palabras, 
y regresarle la lengua y el delirio
como si desde siempre hubiese sido,
como si tal cosa.

I.S.M. 

Al azar, un fruto..

Fue un momento cualquiera, es lo de menos,
allí estaba yo, tan sola y fértil,
tú solo desmayabas tu dolor sobre la verde tierra.

Un verso se hizo embrión y sin quererlo,
se me preño la voz de Primavera.

I.S.M.

 

Dime.

¿Y que hacer ahora con este torrente 

de sentimientos indisciplinados y díscolos?

¿Cómo reconducirlos, cómo reciclarlos?

¿Cómo y dónde enterrarlos sin que emerjan

con la voracidad irrefutable del delirio?

Tan inclementes y necios y empeñados.

I.S.M.

Esencia.

Lo que fui, lo que soy, lo que seré,
lo que quieren que sea,
lo que puedo, lo que esperan de mí,
lo que doy, lo que queda.
Una sombra desnuda que no muta,
no cambia, no se aleja.

I.S.M.

Tierra.

De un puñado de polvo,
de miserias y glorias heredadas,
minúsculo y mortal el nimio grano.
Numerado y prendido a la raíz
porfía en su desvelo.
No hay viaje más corto que la Vida.
De tierra vine y a la tierra vuelvo.

I.S.M

Puzzle.

Invade una extraña sensación.
Llámale desconcierto.
Difícil esto de encajar las piezas
entre tanta mentira de poeta,
tanta Musa entreverada, tanto eco.
Ultimada la imagen,
caprichoso y minúsculo, un deseo.

I.S.M.

Levedad.

Y nunca un "te espero" fue más breve
que aquel que se engendró tan espontáneo,
como comprometido y débil.


I.S.M.

Lirios.

Y pugnaban por brotar de nuevo,
blancos y obstinados,
un ejército de lirios en mi pecho,
como si no hubiese otro campo 
donde nacer y mi alma,
mi alma fuese aún terreno fértil.

I.S.M

Ayer.

Languidecen calendarios que apuran estaciones.
En tu cuerpo desfallecen las huellas de mis besos y en el mío,
lo que fueron urgencias e ilusiones.

I.S.M.

Añoranza.

Esta nostalgia a perpetuidad,

este extrañarte constante,

esta necesidad absurda,

este tú, en todas partes.

I.S.M.

De amores..

Ceñido el párpado, el despertar sombrío,
melancólico el semblante, vacuo el verbo,
figurantes de sueños y castigos,
en tu pesar-que es mi pesar- me veo.

Añejo y denso el sentimiento arraiga
y en laberintos de vidas paralelas,
viaja de tu garganta a mi garganta,
caliente y similar-de amor- la pena.

Me pierdo en la escasa fe de tu mutismo,
en idéntico dolor me encuentro, muero,
y te siento de hermanado,  fugitivo.

Ávidos tras el verso que sosiega
-rotas las almas-  el consuelo clama
por una luz de aliento al cielo,  y ruega.

I.S.M.

Crisálida.

Yo solo apilo las palabras a montones,
me dejo ir en sentimientos y en un rato,
me vuelvo verso mientras muero un poco.

I.S.M.

Sed.

Domesticando estas ganas de tí,
tan furibundas y súbitas,
tan de golpe.
Este apego anormal a tus cosas,
esta sed,
instalándose inapelable en la garganta.

I.S.M.

Hoy no.

Hoy escribo sin fé.
No queda nada,
apenas se sostienen
sobre sus cuatro patas
mis recuerdos,
mi perro fiel,
mi cama,
y un alma,
descosida entre alfileres.

I.S.M.

De visiones y locuras.

No es amor, lo sabemos,
pero puedo jurarte que no duermo
desde que tus ojos revolotean en espirales
y se incrustan, como parches en las paredes, 
hasta que toda mi casa son tus ojos.
No es amor,
pero empiezo a enloquecer exacta y justa,
allí donde se expanden tus pupilas.

I.S.M.

Nadie

Como tú, nadie para engendrar el verbo,
para jugar a morir al escondite,
para invocar al miedo.

I.S.M.

Caricias.

Madreselvas sus manos, 
trémulas de verde y precoz enredadera,
colonizan  caminos discontinuos 
de abismos y fronteras.
Fugacidad en ciernes de un seísmo, 
cuando desciende 
la hiedra de sus dedos circundando 
el sur de mi cintura y sus laderas.

I.S.M.

Alas.

Sigo andando deprisa,

reinventándome

a golpe de zancadas y vuelos.

No quiero detenerme,

ya solo eres silueta

en la cruzada que libro con mis muertos.

Corro, corro y consigo adelantarme al miedo.

I.S.M.

Dormido.

Lo vio quedarse,

ensimismado entre las sombras chinescas,

adivinando figuras en penumbras,

abrazado a su fe.

Lo vio arraigado,

gozoso de evocar,

rozando el éxtasis.

Y no le quiso despertar.

I.S.M.

Vacilaciones.

Pero si llega el día del adiós

y aún no estuviese lista,

si me olieses el miedo en la mirada 
y me notases flaquear y desdecirme, 

entonces vete... 

o arráncame,

sin piedad ni concesiones,

la insoportable falta que me haces.

I.S.M