De rituales.

Y volverás a los rituales de la playa
sin huellas, en los que bailan las brujas 
de la noche.
Te quemará la garganta el aguardiente
e implorarás al mar que te bendiga.
Allí, en la  arena cálida de hechizos,
en lances de miedo y caracolas,
invocarás, me invocarás de nuevo,
al pié de las hogueras y las olas.

I.S.M.

I.S,M

De apariciones.

Guardando el equilibrio sobre una ola,
con dos tornados por ojos y una boca
que emula al Etna, aparece a días.
Fúlgida la aparición, me provoca.
Se acerca a mi mar y se adentra,
me lame, me alerta, me incita.
Luego levita,sosegadamente
sobre mis aguas y me mira,
como si todo aquello fuese
algo natural y ordinario.
Un jodido milagro
me desborda. 

I.S.M.

!!Cuánto más!!

!!Cuánto más he de darte!!
Cuánto más que no tenga,
cuanto más que me invente,
que te escriba o que sienta.
!Cuánto más me desnudo
si no me quedan pieles!
que de dártelas todas
va tiritando el alma.
Cuánto he de dibujarte
sueños en las paredes,
por todas donde pasas
aunque no te detengas.
Cuánto darte mis ojos
atisbando en las sombras,
cuánto estallar de sienes.
Cuán desorden, amarte
en este caos que se cierne
cuando la lluvia cala
y yo........
no sé, que  darte.

I.S.M.

Ni una más.

Cuarenta, es el número de la vergüenza
en un país que hoy esconde
su cabeza entre las patas.
Cuarenta, cuarenta rosas
cortadas de raíz, manos canallas,
cuarenta soles dormidos,
cuarenta ángeles de plata.
Cuarenta eternos los nombres
que la violencia no callan.
Cuarenta por cada grito 
de una sociedad que espanta.

I.S.M.

Seco de tinta y sueños.

Murió una tarde cálida. 
Murió de versos.
Se le apilaron por doquier
y le cortaron,
a pares, las alas del sombrero,
por lo sano, la urdimbre de los sesos,
la voz de raíz, la memoria,
la fantasía y la sed incontrolable. 
Murió entre ellos. 
Dicen que lo encontraron desangrado,
seco de tinta y sueños.

I.S.M.

De circulos y sueños.

Y mientras continúe alojado
en alguna parte de ti, 
por minúsculo que sea,
un sólo sueño, 
no podrás escaparte de los míos.
Porque  tus sueños son
los que me ocupan
y se revierten en ambos
y se nutren,
en espiral interminable y densa.

I.S.M.

Al galope, los miedos.

Corrían sin cesar, volaban,
Pegassos de tesón y voluntades
entre el gentío y la nada.
Dentro del pecho la ansiedad perpetua,
bajo las raudas patas,
apiladas por sueños las escombreras.


I.S.M.

Poesía.

-Usted y yo-  /dijo ella/
-no somos nada, quizá un encuentro casual
en la hermosa alameda de los versos sin rima-
-Suficiente-  /dijo él/
-¿No es eso acaso la Vida?-

I.S.M.

Me gusta y asusta.

Me gustan y a la vez asustan
las vueltas de tuerca 
que sabes dar a todo.

En su justa medida los mordiscos,

controlada, la presión de los dientes
y secuelas.

Me sobrecoge el felino que agazapas
haciendo equilibrismo en azoteas.
Esa forma tan tuya de zafarte
diligente de las cuerdas donde ondea
el peligro de las sábanas floreadas.

Impune, descalzarte un lustro antes
de que la piedra del zapato presagie.

Me gusta y asusta cuando tañes las campanas
anunciando una misa a la que no asistes.
La rayuela que aventajas en dos saltos.

Me gusta cuanto eres,

y me asusta, me asusta cuanto sabes.

I.S.M.

Otoño

Aletarga el tapiz ambarino,
embelesan, doradas las hojas
que se agolpan encendiendo
la tierra.
Ocres, rojas, amarillas.
Espirales los sueños en sepia.

I.S.M.

De la única forma posible.

Una tarde habrá en la que te quiera
de una forma posible,
como siempre quise,
como quiero.
Se volverá la lluvia una cascada
de caricias y besos
y en gemidos hondos y suspiros
las Petunias que nacen en Enero.
De las hojas amarillas  de los libros,
de los libros más viejos,
emergerán tus pasiones y mis ansias
ardiendo en cada verso.
Olvidarás, olvidaré que estamos vivos,
que somos carne y hueso
y haremos el amor con los sentidos
de los sueños  más ebrios.
Escucharás mi "te quiero" cuando evoques,
una tarde cualquiera,
de la más bella  forma posible.
Como siempre quise,
como quiero.

I.S.M.

Me alejo de la Costa.

Me alejo de la Costa y sus mortales azules.
Atrás, el vaivén de su marea,
los versos de salitre y tantas cosas.
El piélago a mi espalda, busco el firme,
respirar de la negra y dura tierra
el aroma eucalíptico sin prosa.

Hoy me dejo las alas en los riscos,
azules de tus Costas.

I.S.M.

De sueños cortos.

Se me ocurre que sus noches son cortas.
Que las estrellas le hacen guiños cortos
y le cierran los párpados concisos.
Se me antoja que sueña, sueños cortos
donde todo transcurre en un segundo.
Destello breve de fugaz quimera
en los exiguos versos que susurra.
Corta la soga que su cuello besa.

I.S.M.

Así de simple.

Ocurre así, tan simple que enternece,
el susurro más leve,
imperceptible el roce,
ajeno el verso y docto
en milenarios juegos.
Ocurre asi, te vencen
intrepidez y ganas.
Piensas que no es nocivo
y te aventuras, ebrio,
en la rebelión de los botones,
hasta que te sorprende el cosquilléo
y los ojos, ohhhh, los ojos, 
comienzan a brillar como faroles.


I.S.M.

Alguien.

Alguien ha que morir para que otro
viva y se nutra de todo lo que reste.
Alguien ha de mimetizarse en los senderos
con cuerpo de empedrado y hondanadas
de huellas donde aniden otras huellas.
Alguien ha de ir limpiando de maleza
los intrincados recodos embarrados.
Alguien por alguien siempre,
y siempre, alguien. 

I.S.M.

De galopar o no..

Intenta espolearle, con sapiencia e intención,
las ganas de trotar.
Utiliza para ello azucarillos, blancos y cuadrados,
le habla al oido de una hermosa y negra potra al otro lado,
de las barreras de obstáculos que lo harán grande,
de lo poético de sus crines al viento.
Le jalea, pero el campo es demasiado amarillo, y el cielo,
no anuncia lluvias ni  propósitos
de enmienda. 

I.S.M.

Protégete de Sueños.

Protégete de todo porque en todo se hallan.
Protégete de imprevistos cuando el verso,
cuando la boca, cuando el presentimiento
y la saliva.
Protégete de Octubre cuando emerja
el Tsunami de hojas amarillas.
Cuando sientas subir la bocanada.
Protégete de tí, de mí, de todo.

I.S.M.

 

Así, sin más.

Como un inmenso antojo en forma de fresón
te me revelas.
Como un virus recién descubierto  

y propagado te me plantas.

Así sin más, en medio de mi cuerpo y mi cabeza.
I.S.M.

De locos y mariposas.

Siempre se le vió revolotear
de un lado a otro, susurrando
una historia y un nombre 
de mujer, intentándo mirar
por las ventanas, desmenbrado
en memorias.
Insistía en retener una especie de calor
o cosa rara.
A veces, hacía un cuenco con sus manos
y se quedaba mirándo la oquedad
durante horas, como si allí habitase
la ternura.
Otras, intentaba estirarlas como si fuesen
elásticas y pudiesen llegar a los confines
del mundo y regresarla.
Alimentaba a conciencia la resistencia
al extravío del sudor y la piel,
perseveraba torpemente 
en el estremecimiento de la carne, 
en los latidos de la boca y corazón.
Dibujaba en las paredes de los sótanos
mariposas, con las letras de una inicial
en sus alas y empeñado en que tomasen
forma.
Un mal día desapareció, como desaparece
todo, nunca más se le supo.
Alguien dijo entonces que llegaban
extañamente, en las noches de lluvia 
a las ventanas, temblorosas y a pares,
mariposas.

I.S.M.