Murió una tarde cálida.
Murió de versos.
Se le apilaron por doquier
y le cortaron,
a pares, las alas del sombrero,
por lo sano, la urdimbre de los sesos,
la voz de raíz, la memoria,
la fantasía y la sed incontrolable.
Murió entre ellos.
Dicen que lo encontraron desangrado,
seco de tinta y sueños.
I.S.M.
Murió de versos.
Se le apilaron por doquier
y le cortaron,
a pares, las alas del sombrero,
por lo sano, la urdimbre de los sesos,
la voz de raíz, la memoria,
la fantasía y la sed incontrolable.
Murió entre ellos.
Dicen que lo encontraron desangrado,
seco de tinta y sueños.
I.S.M.
Precioso poema. Hace tiempo que no te leo y me encanta reencontrarme contigo. Un beso, un amigo , Juan José Pina. Buscame, no me eches en olvido. Besos.
ResponderEliminarTodo un placer el reencuentro, Juan José. El honor es mío y es imposible echar en el olvido a los buenos amigos y poetas tan grandes cómo tú. Te encontraré. Besos.
ResponderEliminarPrecioso poema paisana, es un placer leer todos tus poemas, cuidate,besitos
ResponderEliminarMás para ti, mi querida Cruz, gracias, guapísima.
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