De visiones y locuras.
No es amor, lo sabemos,
pero puedo jurarte que no duermo
desde que tus ojos revolotean en espirales
y se incrustan, como parches en las paredes,
hasta que toda mi casa son tus ojos.
No es amor,
pero empiezo a enloquecer exacta y justa,
allí donde se expanden tus pupilas.
I.S.M.
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