Caricias.
Madreselvas sus manos,
trémulas de verde y precoz enredadera,
colonizan caminos discontinuos
de abismos y fronteras.
Fugacidad en ciernes de un seísmo,
cuando desciende
la hiedra de sus dedos circundando
el sur de mi cintura y sus laderas.
I.S.M.
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