miércoles, 16 de diciembre de 2015

De escalones.

Silbas bajo mi balcón, yo me asomo
con la certeza de que será la última vez
que vea tu cabeza desde arriba.
Simularé que te creo la boca cuando jura,
intentaré adivinar la última promesa
mientras cuento los viejos escalones.
Nunca terminan tampoco de acabarse,
interminables, minimizo el riesgo,
con esos cantos tan redondeados por el uso
que predicen fracturas.
Te veo, tu sonrisa es una mueca cándida
que contagia la mía en un esbozo.
Volveremos a exigirnos la vida
en otra tregua mientras le resto
importancia a la memoria.
Silbas bajo mi balcón, yo me asomo.

I.S.M.

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