Hay un olvido insepulto en este entramado
natural de sueños, una cuenta pendiente con la tarde, una bombilla encendida en la memoria, una huella de silencio irremediable.
viernes, 11 de septiembre de 2015
De tiempos.
No somos lo que fuimos, lo sabemos, lo saben las mentiras de poeta que ladran como perros a la Luna. Crecer hasta ser justos, solo es eso. No quedan estaciones para misas, ni fábulas ni tiempos de descuento.
pero quedan aquellos.... nuestros versos, surcando los vientos que acarician su ventana.
ResponderEliminaresos, nunca mentirán.
Gracias, C.A.R.L. Un abrazote de tinta para ti, poeta.
ResponderEliminarLas mentiras se acaban cuando el sentimiento llega a los corazones y es ahí que no hay poeta que pueda decirla
ResponderEliminarQue las palabras sueñen, cuando manda el corazón.
ResponderEliminarBello
Que las palabras sueñen, cuando manda el corazón.
ResponderEliminarBello