miércoles, 9 de septiembre de 2015

En tu boca.

El día que me dijiste -te quiero-
hacía frío.
Pero no el seco que  implora
por calores y lanas.
Era frío húmedo,
ese que te arrulla con saña los huesos
hasta hacerte dolorosa la caricia.
Yo sin embargo, 
dejé de sentir todas las estaciones en tu boca.

I.S.M.

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